Es claro que el día "C" -es decir, el día de la aceptación, del reconocimiento y de la resignación al flagelo de la calvicie- actúa como bisagra en nuestras vidas. Todo lo que está antes de aquel momento, es nuestra vida con pelo; lo que esta después, nuestra vida sin él. Ese cambio de estado no es gratuito ni anodino; el día "C" implica la asunción del Ser Calvo, lo que nos posiciona en una perspectiva distinta en diversas áreas de la vida, ya sea en lo superficial, en lo cotidiano, o en lo íntimo.
Claramente, hay una transformación tangible en el plano físico. En cambio, la transformación en el plano psíquico es compleja en grado sumo. Sin dudas, el esfuerzo intelectual para acomodarnos a esta nueva identidad visual remueve la enmarañada trama de las identificaciones y nos obliga a reconstruir nuestro concepto de Yo Ideal.
En definitiva, la pérdida del pelo implica un acomodamiento a una nueva identidad. Por las características del flagelo, estas nuevas identidades abrevan en esta lista de caracteres definidos o tipologías de perfiles psicológicos que básicamente se dividen en dos grandes grupos: el de los estoicos-melancólicos y el de los resentidos-psicópatas.
El pelado triste
El pelado adicto
El pelado Loco
El pelado ermitaño
El pelado bueno
El pelado Suicida
El pelado Violento
El pelado resentido
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